EL CUBISMO

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Los orígenes del Cubismo giran en torno a 1907, fecha en la que Picasso concluye Las Señoritas de Avignon, que será el punto de partida.
George Braque junto con Picasso son los inspiradores del movimiento y algunos de los principales maestros son Juan Gris, Fernand Leger, Jean Metzinger y Albert Gleizes, pero con anterioridad, Cézanne ya habría marcado el camino.
Cézanne recibió la influencia del Impresionismo y reaccionó contra él. Rechazó la impresión en favor de una comprensión más profunda de la realidad. Su fórmula era la forma-color. Él cree que la naturaleza no se dibuja, sino que se manifiesta a través del color. Cuanto más color se precisa más aparece el dibujo de los objetos, pero aparece en la forma. Por eso, la pintura de Cézanne no es una pintura dibujada, sino una pintura de volúmenes, de formas. Y una vez creadas, hay que relacionarlas entre sí, surgiendo aquí el problema de los planos, que lo impulsa a mirar los objetos desde varios puntos de vista.
Estas lecciones fueron asumidas por el cubismo que hará un replanteamiento de la obra de arte, de las formas, de la perspectiva, el movimiento, el volumen, el espacio, el color, etc. Crea un nuevo lenguaje pictórico y estético que implica una nueva relación entre el espectador y la obra de arte. El espectador ya no puede contemplarla sin más, sino que tiene que reconstruirla en su mente para poder comprenderla.
El Cubismo es un arte mental, se desliga completamente de la interpretación o semejanza con la naturaleza, la obra de arte tiene valor en sí misma, como medio de expresión de ideas. La desvinculación con la naturaleza se consigue a través de la descomposición de la figura en sus partes mínimas, en planos, que serán estudiados en sí mismos y no en la visión global de volumen. Así un objeto puede ser visto desde diferentes puntos de vista, rompiendo con la perspectiva convencional y con la línea de contorno. Desaparecerán las gradaciones de luz y sombra y no se utilizarán los colores de la realidad, apareciendo en las representaciones el blanco y negro. Las formas geométricas invaden las composiciones. Las formas que se observan en la naturaleza se traducirán al lienzo de forma simplificada, en cubos, cilindros, esferas. Nunca cruzaron el umbral de lo abstracto, la forma siempre fue respetada.
Los principales temas serán los retratos y las naturalezas muertas urbanas.

Etapas del Cubismo
Se distinguen diversas fases en el desarrollo del Cubismo.
Cubismo Analítico
caracterizado por la descomposición de la forma y de las figuras en múltiples partes, todas ellas geométricas. El objetivo es examinarlas y ordenarlas por separado. Es el cubismo más puro y el de más difícil comprensión.

Cubismo Sintético
Al Cubismo Analítico le sucede el cubismo sintético, que es la libre reconstitución de la imagen del objeto disuelto. El objeto ya no es analizado y desmembrado en todas sus partes, sino que se resume su fisonomía esencial. La síntesis se realiza resaltando en el lienzo las partes más significativas de la figura que serán vistas por todos sus lados.
Algo fundamental en esta etapa es la técnica del collage, la inserción en el cuadro de elementos de la vida cotidiana como papeles, telas y objetos diversos. El primero en practicarlo fue Braque. El collage nos ayuda a recuperar el referente concreto, a partir de aquí ya no interesa el análisis minucioso, sino la imagen global.

Pintor Elegido:George Braque (1882-1963)
Es el otro gran creador del cubismo junto a Picasso. En L´Estanque, cerca de Marsella descubrió que se pueden simplificar las formas reduciéndolas a prismas y cilindros. Son características sus naturalezas muertas, empleando con frecuencia la guitarra, el violín o la mandolina.
En Naturaleza muerta con naipes reduce el cromatismo a colores grises y geometriza y descompone las formas para crear una nueva realidad mediante superposiciones y transparencias.
También introducirá en sus pinturas los collages.
Sus obras más destacadas son El bodegón de la guitarra, El bodegón del violoncelo, El taller del pintor.



 Naturaleza muerta con naipes, George Braque
  
Además de las características de simplicidad en Braque, podemos destacar el tratamiento especial que daba a objetos cotidianos y familiares, como lámparas, mesas, sillas, instrumentos musicales, etc.…
Si bien el adentrarse en la vida de cada artista y como influyó el medio en sus representaciones, la diferenciación logra defenderse en cada argumento explicado anteriormente.
Finalmente podemos dejar en claro que los puntos donde convergen tienen que ver estrictamente con los principios básicos del cubismo, donde cada camino realizado por ambos artistas fue naturalmente dispar y que aquello que hicieron y aportaron para llegar al cubismo y expresarse fue para cada artista un proceso completamente diferente.

EL FAUVISMO

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El fauvismo fue un movimiento pictórico francés de escasa duración. Se desarrolló entre 1904-1908 aproximadamente. La aportación principal de éste, una de las primeras vanguardias del siglo XX, fue la búsqueda de la capacidad expresiva del color.

El movimiento fauve reunía a un grupo de pintores que querían liberar al color de los condicionamientos derivados de la apariencia natural y de la percepción impresionista.

Los fauvistas creían que a través de los colores podían expresar sentimientos y este pensamiento condicionó su forma de pintar. No buscan la representación naturalista, sino realzar el valor del color en sí mismo. Por ello, rechazaron la paleta de tonos naturalistas empleada por los impresionistas a favor de los colores violentos para crear un mayor énfasis expresivo.

Emplearon una pincelada directa y vigorosa, con toques gruesos, sin mezclas, evitando matizar los colores. Las figuras resultan planas, lineales, encerradas en gruesas líneas de contorno. Sus creaciones respondían a un ejercicio de sintetización, buscan la máxima intensidad emocional combinada con la máxima simplificación de elementos. Por ello renuncian a la perspectiva clásica, al claroscuro y al modelado de los volúmenes. La luz tiende a desaparecer y con ella la profundidad. Sus temas son retratos, naturalezas muertas, personajes en interiores, paisajes hermosos.

· CARACTERÍSTICAS:
· El fundamento de este movimiento es el color liberado respecto al dibujo, exaltado de contrastes cromáticos. Los artistas fauves van a jugar con la teoría del color: ésta se va a basar, principalmente, en entender que colores son primarios, cuales son secundarios y cuales los complementarios. Al entender esto, se va a conseguir una complementariedad entre colores, lo que producirá un mayor contraste visual, una mayor fuerza cromática.

· En esta búsqueda tan marcada por el color, van a olvidarse otros aspectos como el modelado, el claroscuro, la perspectiva la va a traducir en el uso de toques rápidos, vigorosos, los trazos toscos y discontinuos, la distorsión, es decir, todo lo contrrio aquello que da la sensación de espontaneidad. Parece como si no supieran pintar, como si hicieran sus obras de cualquier manera.

· Otra característica de esta pintura es su intención de expresar sentimiento (algo que ya vimos en su momento con los Nabis). Esto es importante porque tendrá una percepción de la naturaleza y de lo que les rodea en función de sus sentimientos.

· El dibujo será un aspecto secundario para estos artistas, sin embargo, Matisse no se va a olvidar de él. También va a destacar un aspecto decorativo y líneas onduladas.

· Defienden una actitud rebelde, de transgredir las normas con respecto a la pintura. Buscan, en definitiva, algo diferente, que les haga avanzar en el ámbito artístico.

ARTISTA ELEGIDO : HENRI MATISSE (1869-1954)
Matisse descendía de una familia de comerciantes de cereales. Empezó a pintar en 1890, año en que abandona sus estudios de jurisprudencia. En París se inscribe en la Academia Julien y luego en la Academia de Bellas Artes digirida por Moreau, que proponía que no se copiaran las obras de modo mimético. En el Louvre frecuentó a los grandes maestros, e incluso llegó a copiar sus cuadros. Pronto puso en tela de juicio la noción de estricta imitación de la realidad. Matisse apuesta por la esencia y no tanto por la apariencia de realidad fotográfica.

     Para él el color es el que da entidad a la pintura, el color puede desempeñar el papel de dibujo, de perspectiva, de sombra de volumen... . Observa que la vida es color y lo plasma en su pintura. La supresión de sombras y su sustitución por colores puros hace que la pintura brille más que nunca. Matisse dibuja con el color y lo distribuye en el espacio de modo que éste quede sugerido sin que se produzcan las deformaciones de la perspectiva.

     El arte de Matisse es amable, de gran luminosidad, apacible, pero no por ello ingenuo, sino de gran virtuosismo e inteligencia. Sus ventanas se abren al silencio, y la luminosidad no provoca sombras, ni degradaciones, sino que se mantiene en un estado de plenitud y de serenidad que oculta el esfuerzo realizado. En sus obras vuelca la alegría de la meditación, exenta de inquietudes. Su obra es un resultado de orden, imaginación, disciplina y libertad.

Propone un arte calmado que reconforte al hombre fatigado, que lo serene. Su espíritu domina sobre la obra. Su arte es un camino hacia la profundidad de sí mismo, llegados a esta meta, descubrimos el silencio.

Matisse trabaja a base de amplias áreas de color, mostrándose con ello heredero de Gauguin. La pintura se hace presente a través del grumo y del empaste, sentimos la pintura como materia. La mancha plana de color provoca en nosotros un valor plástico y figurativo. Matisse construye sobre el color.

 Madame Matisse, La Línea Verde 1905.
Óleo sobre lienzo.
Statens Museo de Arte, Copenhague, Dinamarca
Madame Matisse aparece tocada con un elegante sombrero, girada en tres cuartos y dirigiendo su profunda mirada hacia el espectador. El intenso colorido se convierte en el protagonista, aplicado con largas y empastadas pinceladas que recuerdan al impresionismo. Los colores son arbitrarios, rompiendo con la estructura habitual del color, siguiendo a Cèzanne. Así, en el rostro de la dama apreciamos toques de color lila, verde, azul o amarillo. El resultado es una obra cargada de elegancia e intensidad, en la que el espectador disfruta de la estridencia tonal que identifica el estilo fauvista, y especialmente de Matisse. En su cara traza una bisectriz de color verde dividiendo el cuadro en dos mitades. Su lado derecho repite el color verde que la divide, mientras que el izquierdo repite los tonos de su vestido. Esta Línea actúa como una sombra divisora artificial formando un lado más claro y otro mas oscuro, en términos cromáticos un lado mas fresco y uno mas caliente. La Luz natural esta dirigida directo a los colores y las gruesas pinceladas le dan una imagen dramática.

Video ilustrativo Henry Matisse







 

EL NEOIMPRESIONISMO

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El  neoimpresionismo también es conocido con el nombre de divisionismo y puntillismo. En realidad se trata de un impresionismo radical, en cierta manera disidente, que lleva a las últimas consecuencias las teorías científicas sobre el color y la luz de Michel Eugène Chevreul. Sin embargo, sus cuadros se diferencian netamente del impresionismo clásico. Vuelve a cobrar importancia el dibujo, que se había abandonado a favor de las manchas de color. Las figuras se hacen geométricas. No se mezclan los colores ni en la paleta ni en el cuadro, sino que se aplican unos junto a otros con pinceladas muy cortas: puntos. Sólo usan los colores primarios y el ojo debe hacer la mezcla. El impresionismo se hace consciente de su técnica. Además, estaba siendo aceptado como un nuevo academicismo. Exponen en el Salón de los Independientes, rechazados por la exposición oficial.
Los puntillistas vuelven al estudio, ya que sus cuadros requieren una larga elaboración, en ocasiones muy compleja, que no se puede hace en un momento. La obra resultante suele pecar de rigidez y artificialidad. Los temas continúan siendo los típicos del impresionismo, incluso se hace más hincapié en el tiempo de ocio burgués. Como la técnica no permite la espontaneidad, el divisionismo lo practicaron pocos pintores, aunque muchos se interesaron por él.
El Puntillismo aparece por primera vez en el Salón de los Independientes de 1884, encabezado por Georges Seurat y contando con Paul Signac entre sus más fieles seguidores. Este movimiento parte también de la imagen de la naturaleza, es decir, del mismo motivo que los impresionistas, pero para ellos serán unas leyes físicas y fisiológicas muy determinadas las que caractericen la esencia de la pintura. Su material de reflexión serán, sobre todo, los escritos de Charles Blanc y, de un modo más radical que los impresionistas, los tratados científicos de Chevreul, Sutter, Rood y otros. Gracias a ellos, el Puntillismo vió abierto ante sí un campo en el que su tarea habría de ser la aplicación metódica de sus conocimientos y la reconciliación de los rígidos principios del dibujo con los principios ópticos intuidos por los grandes coloristas. La mente lógica y reflexiva de estos pintores pedía la reducción del instinto al orden, del impulso al cálculo, reduciendo a lo esencial, no sólo los temas de la vida moderna o el paisaje, sino también el método impresionista de presentarlos.
De hecho, la declaración de Charles Blanc (El color, que está controlado por leyes fijas, se puede enseñar como la música), publicada por primera vez en 1867 en su conocida Grammaire des arts du dessin, resume perfectamente la actitud de los puntillistas ante las posibilidades expresivas del arte e indica su programa. Al igual que existen relaciones matemáticas entre los tonos musicales, hay relaciones físicas entre los colores, que pueden demostrarse en el laboratorio y llevarse a efecto en el estudio. Con el fin de estudiar con más detalle la interacción de los colores y sus complementarios, algunos puntillistas confeccionaron un disco en el que reunían todos los matices del arco iris, unidos unos a otros mediante un número determinado de colores intermedios. En su paleta también utilizaban el blanco mezclado con los colores primarios, lo que les permitía obtener una multitud de tonos que iban de un color con una ligera presencia de blanco hasta un blanco casi puro. El disco se completaba de manera que los matices puros se concentraban en torno al centro, desde donde iban desvaneciéndose hacia el blanco hasta llegar a la periferia.
Los experimentos físicos habían probado también que la mezcla de colores los ensucia y desemboca finalmente en el negro. Por ello, la única mezcla capaz de producir el efecto deseado es la mezcla óptica, que se convierte así en el factor predominante de su ejecución. Tras haber reunido por separado en sus telas los elementos individuales de color presentes en la naturaleza, el pintor asignaba a la retina del espectador la tarea de unirlos de nuevo. La técnica de pinceladas de los impresionistas no permitía la exactitud matemática que necesitaban los puntillistas para aplicar su sistema con pleno rendimiento. Mediante la adopción de minúsculas pinceladas en forma de punto lograron acumular, incluso sobre superficies reducidas, una gran variedad de colores y tonos, cada uno de los cuales se correspondía con uno de los elementos que contribuía a la apariencia del objeto. A una distancia determinada esas partículas diminutas se mezclan ópticamente y esa mezcla tenía que producir una intensidad de colores mucho mayor que cualquier mezcla de pigmentos. En este sentido, sus estudios de luz y color sobrepasan los realizados por cualquiera de los impresionistas, pero también se encontraron con mayores dificultades. Con más conocimientos y un ojo más disciplinado, tenían que hallar todos los matices del espectro luminoso, así como un modo de iluminar u oscurecer un matiz dado en relación con los contrastes simultáneos producidos por los colores que le rodeaban.
A pesar de lo aparentemente acertado de la denominación de Puntillismo, sobre todo en lo que se refiere a la técnica de este grupo, ni Seurat ni Signac la aceptaron nunca y ambos condenaron y evitaron rigurosamente este término a favor del de "Divisionismo", que abarcaba mejor todas sus innovaciones.

Georges Seurat (1859-1891) es quien antes plasma en una obra de arte la nueva técnica. Se caracteriza por la fragmentación de la línea en puntos de color. Sus puntos son extremadamente pequeños. Sus figuras son, básicamente, geométricas. Entre sus obras destacan Una tarde de domingo en la Grande Jatte, Un baño en Asnières y El circo, obra en la que trata de introducir movimiento, aunque resulta muy artificiosa.





La torre Eiffel es un cuadro al óleo sobre panel realizado en 1889 por el pintor francés Georges Pierre Seurat, que se conserva en el Young Memorial Museum de San Francisco, Estados Unidos.
El cuadro, de pequeñas dimensiones, muestra a la torre Eiffel todavía en construcción, sin el último piso. Otros pintores de la época, como Camille Pissarro, disconformes con la construcción del monumento de metal directamente lo boicotearon no representándolo en sus obras.
Debe recordarse que 1889 fue el año de la Exposición Universal de París, donde la mayor atracción fue sin duda la torre erigida por el ingeniero Gustave Eiffel.
La obra está pintada mediante la técnica puntillista.
 

EL IMPRESIONISMO

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Como contrapunto a los movimientos pictóricos desarrollados durante el XIX (neoclasicismo, romanticismo y realismo), al final del tercer cuarto del siglo surge el IMPRESIONISMO. Como consecuencia de los sucesivos rechazos a sus obras por parte del Salón, un grupo de autores decidió organizar una exposición colectiva privada en 1874. Fue allí donde CLAUDE MONET exhibió la famosa obra titulada “Impresión Sol naciente”, que dio origen al nombre de Impresionismo, impuesto con sentido despectivo por el crítico Louis Leroy. Aquella pintura aportaba dos novedades fundamentales, que se convertirán en características definitorias del movimiento impresionista.

CONTEXTO HISTÓRICO

París fue el centro creador fundamental de la pintura a lo largo del siglo XIX. En esta capital residían y trabajaban artistas de todos los países y es en ella donde germinan y evolucionan los movimientos artísticos de la pintura contemporánea, sustituyendo en este sentido la importancia que tuvo Italia en las centurias anteriores. Triunfar en París suponía para un artista el reconocimiento oficial de su valía en el arte actual. La difusión de las nuevas corrientes pictóricas se realiza a través de múltiples talleres y exposiciones.

Sin embargo, la pintura del siglo XIX seguía estando determinada por la estética academicista y oficialista, representada por los pintores seguidores del neoclásicismo, que seguían defendiendo la superioridad de la línea sobre el color.

Además, el Salón (lugar destinado a la exhibición pública de obras de arte) seguirá dominado por unas directrices totalmente academicistas que producirán un aluvión de rechazos, apartando todo lo que llevara la marca de originalidad personal.

Aun así, el estado de ánimo revolucionario que dominaba el ambiente chocaba brutalmente con la realidad oficial. En medio de este contexto surgirá el movimiento impresionista como reacción a la estética academicista y oficialista, lo que les llevará a mantener una encarnizada lucha para ser reconocidos.

El impresionismo se presenta como una prolongación del realismo. Nace bajo su influencia y adopta, como él, los temas de la vida cotidiana. Se situa en la cumbre de los estudios pictóricos sobre la luz que se vienen llevando a cabo desde el renacimiento, y propone cuadros luminosos en antitesis con los sepias consagrados por la tradición.
Los realistas mostraban aspectos serios de la sociedad. Los impresionistas lo hacen pocas veces aúnque magistralmente como en este cuadro de Caillebotte donde se estudia el trabajo de los carpinteros. Prefieren enfocar los momentos gratos de la vida como son los placeres: jardines, fiestas, restaurantes, paseos, baños...
La luz, alegre o agobiante, domina sus cuadros gracias al culto a los reflejos ( agua, espejos), a la abundancia de colores claros y brillantes y a la casi ausencia de negros: fieles a los descubrimientos de Constable, trabajan a fuera cuando el tema lo requiere, y pintan las sombras a todo color. Como él, también tratan de capturar "el momento".
Estimulados por la ciencia, escogen no mezclar los colores en la paleta dejando el trabajo de fusión al ojo del espectador: usan colores puros que aplican uno al lado del otro en pequeñas pinceladas.
El resultado afecta la definición de las formas. Estas tienden a una desintegración que la burguesía contemporánea resiente como un ataque a sus valores.
La cercanía de la cámara fotográfica, por otro lado, justifica el esfuerzo de los impresionistas para salirse del estrecho marco de la representación a la vez que les abre nuevas...perspectivas: como ella, los pintores impresionistas buscan ángulos nuevos para capturar la vida, especialmente el espectáculo de la ciudad.
El impresionismo solo pretende transmitir la impresión del pintor. Es por lo tanto subjetivo, a la diferencia del realismo.

CLAUDE MONET es quien verdaderamente define el impresionismo. Lo mismo que todos los pintores impresionistas, Monet se formó en el realismo, aunque tras evolucionar hacia el impresionismo, le será fiel hasta el fin de sus días. Monet nos muestra en diferentes series de cuadros como LA CATEDRAL DE ROUEN, ACANTILADOS, NINFEAS etc., el efecto cambiante de la luz solar en las diversas horas del día, así como en las diferentes circunstan­cias atmosféricas. Otras obras suyas son IMPRESIÓN, SOL NACIENTE (que dio nombre a la corriente pictórica impresionista de fines del siglo XIX) y LA ESTACIÓN DE SAINT- LAZARE.

Claude Monet, Impresión: soleil levant, 
1872–1873 (París, Museo Marmottan Monet).
Monet pintó el sol casi con la misma luminancia del cielo, una condición que sugiere humedad alta y atenuación atmosférica de la luz. Este detalle descansa sobre el uso de colores complementarios y variedad de temperaturas de color, en lugar de cambios de intensidad o valores contrastantes, para diferenciar el sol del cielo circundante. La pintura trata el valor de contraste simultáneo de los colores, situando tonos cálidos sobre otros opuestos que permiten resaltar, en la retina del espectador, unos tonos sobre otros. La vaporización será el elemento fundamental que invade la superficie, destacando esa humedad que invade la obra y que atenúa las tonalidades, es decir, el color se condiciona a esta atmósfera húmeda. El principal objetivo al que intentaba llegar Monet con esta obra es provocar una impresión en el espectador, por lo que nos encontramos con la importancia que se atribuye al espectador en el impresionismo. Las pinceladas son un tanto libres, rápidas y directas, reduciendo los elementos del cuandro a una simplificación aparente, tal y como se contempla en los reflejos del agua.

EL REALISMO

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El realismo se configura como un movimiento que intenta plasmar objetivamente la realidad. Se extiende a todos los campos de la creación humana aunque tuvo una importancia especial en la literatura. En el caso concreto de las artes plásticas, el realismo consigue la máxima expresión en Francia, casi exactamente, en la mitad del siglo XIX.
Contexto histórico-social:

     Hacia las décadas centrales del siglo XIX el Romanticismo irá cediendo paso al Realismo. Al cambio contribuyen varios fenómenos:
  • En las conciencias se cierne el peso y las terribles consecuencias de la Revolución Industrial:

    • Trabajo de niños y mujeres
    • Horarios excesivos.
    • Condiciones de vida penosas.
    • Viviendas insalubres. 
  • Los fracasos revolucionarios del 1848 se dejan sentir.
  • Se abole todo atisbo de idealismo.
  • Abunda la temática social.
  • Se tiende a representar al hombre en sus quehaceres cotidianos.
  • El tema de la fatiga se convierte en tema principal.
El nacimiento del realismo

Ya desde épocas anteriores se apreciaba un cansancio de los valores románticos y el deseo, entre los artistas más inquietos, de incorporar las experiencias más directas y objetivas en sus obras. El proceso es gradual aunque rápido, y entre el romanticismo y el realismo se establece una continuidad, sin embargo sus planteamientos ideológicos y formales serán muy distintos.

También se establece una relación compleja entre el realismo y el academicismo, debido a que todavía existe entre los dos una competencia evidente. También es cierto que se influyen mutuamente. Así, aunque los pintores realistas sean excluidos de las grandes muestra oficiales, la pintura académica evidenciara una atención mayor hacia la observación directa de la naturaleza y la realidad del momento.

La ideología del arte realista

Desde el punto de vista ideológico, el realismo queda vinculado a las ideas socialistas más o menos definidas. Aunque con claras diferencias entre los distintos autores, en general se aprecia un interés por la situación de las clases más desfavorecidas de la sociedad surgida de la Revolución Industrial. Algunos, adoptan una actitud absolutamente comprometida con los intereses del proletariado, participa en acontecimientos políticos del momento y hace un arte combativo. Otros, mantienen una postura más moderada, y endulzan de alguna forma su visión de la realidad.

Todos ellos comparten una estética basada en la representación directa de la realidad. La manera cómo se materializa este principio básico varia desde la crudeza objetiva de Courbet hasta la simplificación gráfica de Daumier, pasando por el filtro idealista de Mollet. En cualquier caso, todos comparten la radicalidad de los temas: ante la trascendencia que conceden al tema romanticismo y academicismo, el arte realista entiende que no hay temas banales y que, en consecuencia, cualquier cuestión puede ser objeto de interés pictórico.

Este planteamiento tiene una enorme importancia en un momento en el que la pintura está sometida a reglas extraordinarias de la crítica oficial: los temas, las actitudes, las composiciones y hasta las medidas de los cuadros tiene que ajustarse a estos rígidos criterios. Ante esta situación, los pintores realistas defienden una pintura sin argumento, una captación simple de la realidad, en la cual lo fundamental es la forma en que se representa la imagen y el sonido, y no su desarrollo narrativo.

Los artistas realistas

Gustave Courbet (1819-1877) es el pintor realista que mantiene un compromiso político personal más firme. Como Delacroix, cree que la pintura es un instrumento muy eficaz en la lucha para defender sus ideas. Sin embargo, Courbet se distancia clarísimamente de sus predecesores en la forma de entender el arte.

Courbet rechaza la realidad que le rodea, pero, en vez de huir, lo que haces es mostrárnosla en toda su crudeza para que compartamos con él los mismos sentimientos de rechazo y, en consecuencia, reaccionemos en contra.

Jean-François Mollet (1814-1875) es una de las figuras más discutidas del realismo francés. Su pintura tiene un atractivo indudable que le ha hecho ganar el favor del público. Sin embargo, críticos e historiadores le han acusado de traicionar el verdadero espíritu realista poruq endulza en exceso la vida de los campesinos –su gran tema- para hacerla aceptable al gusto burgués.

Honoré Daumier (1808-1879) es otro de los grandes del arte realista. Era pintor, escultor y caricaturista, y en todas sus facetas se mostraba como un observador agudo de la realidad dispuesto a criticarla con dureza, aunque también con un punto de ternura.

 J.F. Millet, El Ángelus, c.1857-1859, 
óleo sobre lienzo, Musée d´Orsay, París.

El mismo Millet dice de este cuadro: Es un cuadro que hice pensando en cómo mi abuela, cuando trabajábamos en el campo, al oír la campana de la iglesia, nos hacía parar nuestro trabajo para rezar el Ángelus en memoria de nuestros muertos, muy piadosamente con el sombrero entre las manos. Así es, han sonado las doce y los hombres buenos y pacientes han detenido sus trabajos para reclinar sus cabezas y rezar el Ángelus.
     El tema rezuma melancolía, provocada por el contraluz suave que utiliza y por la opacidad de los colores. Ha colocado alta la línea de horizonte, lo que contribuye a la monumentalización de las figuras que aparecen próximas a nosotros.

EL ROMANTICISMO

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Sucediendo muy de cerca al neoclasicismo, el movimiento romántico introdujo el gusto por lo medieval y lo misterioso, así como el amor por lo pintoresco y lo sublime de la naturaleza. Se dio rienda suelta a la imaginación individual y a la expresión de la emoción y del estado de ánimo, desbancando al enfoque intelectual razonado de los neoclasicistas. En general, los pintores románticos preferían las técnicas coloristas y pictoricistas al estilo neoclásico, lineal y frío. Los romanticos presentan una nueva sensibilidad que se caracteriza por conceder un valor primordial al sentimiento, la exaltación de las pasiones, la intuición, la libertad imaginativa y al individuo.
El Romanticismo se origino en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII, pero su desarrollo fundamental se dio en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose además hasta llegar a países como Francia, Italia, Argentina, España, México, etc.


CONTEXTO HISTORICO:
La Revolución francesa, las guerras napoleónicas que azotan Europa y la crisis interna de los sistemas de Antiguo Régimen, provocan la pérdida de la fe en la Razón.
El siglo XIX es políticamente bastante comprometido se producen movimientos independentistas, se desarrolla el nacionalismo, la industrialización, el nacimiento de la burguesía. En el campo del arte se renueva la arquitectura con la aparición del hierro que ofrece nuevas posibilidades y surge la arquitectura utilitaria. También aparece la fotografía que pone de moda la realidad.


TÉCNICA Y TEMÁTICA:
• Utiliza diferentes técnicas: el óleo, acuarelas, grabados y litografías.
• La textura comienza a ser valorada en sí misma y aparecen las superficies rugosas junto con las formas más sutiles. La pincelada es libre, viva y llena de expresividad.
• Desaparece la línea frente al color. Se recupera la potencia sugestiva del color, liberándose las formas y los límites excesivamente definidos. Es el agente emocional de primer orden
• La luz es importantísima y se cuidan sus gradaciones dando un carácter efectista y teatral.
• Las composiciones tienden a ser dinámicas, marcadas por las líneas curvas y los gestos dramáticos.
• En cuanto a los temas lo característico es la variedad, aunque existen características generales sobre el tratamiento de los temas. Surge el exotismo de la memoria de un misterioso y glorioso pasado que incluye desde la antigua Grecia hasta la edad Media, en especial la época gótica.


 Francisco José de Goya y Lucientes, es el artista español que mejor ha reflejado la época en la que vivió, y sin duda la máxima figura del arte en su tiempo. Sus numerosas pinturas, dibujos y grabados han sido el referente y la influencia básica de todos los artistas de los siglos XIX y XX


  La Maja Desnuda 1799-1800. 
  Oleo sobre lienzo.
  Museo del Prado, Madrid, España.

Es la primera vez en toda la pintura española en que se pinta un desnudo porque sí, sin excusas, y además sensual y provocativo. Antes se pintaba algún desnudo que otro (nunca muchos) pero se disimulaba con ocurrencias como que la modelo era sorprendida vistiéndose o saliendo del baño, o bien una diosa clásica a la que se le caía la túnica y dejaba ver su anatomía.
En este caso el desnudo es claro, sin disimulos y Goya lo lleva más allá al mostrarnos un gesto malicioso y resabiado en el rostro de la maja, ella se exhibe y disfruta provocando al espectador. Por si fuera poco, el centro del cuadro coincide con su pubis, que aparece, por primera vez en la pintura universal, con vello. La chica se contonea, marca sus separados senos al retraer los brazos y coloca las piernas elegantemente. Presenta un cierto sonrojamiento en sus mejillas, muy atrayente al combinarse con su descaro y desparpajo posando. Contrasta su rostro poco agraciado con la belleza de su cuerpo.
El pintor define con precisión los contornos de la dama y la baña en luz, destacando su palidez y piel nacarada.. Todo es refinamiento y sensualidad, ella luce destacada sobre un canapé de terciopelo verde, complementado con una sábana y almohada con encajes. La pincelada es detallista y precisa y los colores suaves y nada exagerados. El contraste se logra por la piel blanca y el terciopelo verde oscuro. Aparte del diván y la maja, no existe nada más, el fondo es neutro, en tonos pardos, y no nos permite ni distraernos ni identificar ninguna otra cosa.